
En 1990 se realizó un proyecto de rehabilitación para el edificio a cargo del arquitecto Federico Echevarria Sainz, que lavó la cara principal del inmueble, devolviendo a sus primeras plantas, una fachada semejante a la que tuvo el teatro Fontalba, forrando los pisos más altos de grandes cristaleras tintadas que conferían al edificio un aire más moderno y acorde a su situación. La parte posterior a la calle Desengaño conserva aún la fachada original de Banco de Coca.
En la actualidad todo el edificio de oficinas está cerrado y en venta, su local de la planta baja está hoy en día ocupado por una tienda de moda “Stradivarius”. ¿Cuál será su final?
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