Ya debuta como gran profesional en el mundo de la revista dentro de la compañía de revistas Colsada, en el valenciano teatro Ruzafa, con la que estrena la revista cómica ¡Espabíleme usted al chico!, de Paradas, Jiménez, Torres y música de Jacinto Guerrero y Manuel Parada. En aquella compañía en la que iba de vicetiple trabaja de primera estrella -que se iba a retirar del género- Maruja Tomás y don Alfonso del Real que era el primer actor y director. Cumplió los 16 años en aquel teatro Ruzafa. Con esta compañía liderada por Alfonso del Real permanece durante más de dos años estrenando por las provincias de España varias revistas de los citados autores.
Un día llega para Angelines López Segovia, que así se anunciaba en los programas de mano, la gran oportunidad de su vida cuando la tercera vedette sufre un accidente que la lleva a coger una baja de poco tiempo pero que para Lina Morgan significó una salida en aquel peculiar mundo en el que se llevaban las vedettes altas, esbeltas y pechugonas frente a su un metros sesenta de estatura, su cara guapa y armonioso y breve cuerpo. Ella tenía que luchar contra esto, sabía que nunca sería una súpervedette y ella buscaba sus armas de seducción para el público. Un pelotón de chicas en busca de una oportunidad, entre ellas Lina que fue la primera en dar un paso adelante y decir que ella se sabía el texto entero de toda la compañía. Don Alfonso del Real, que en un principio dudaba de que esta chica pudiese hacerlo decide jugársela y arriesgar concediéndole la oportunidad. Fue un éxito al interpretar un pequeño papel cómico. De esta manera Del Real le aconseja que se dedique al género cómico ofreciéndole papales en su compañía que le fuesen sacando del anonimato. En seguida se recuperó la tercera vedette, pero a Lina no le importó porque aunque regresa al final del pelotón ella ya estaba ensayando con mayor protagonismo el siguiente espectáculo.
Un día llega para Angelines López Segovia, que así se anunciaba en los programas de mano, la gran oportunidad de su vida cuando la tercera vedette sufre un accidente que la lleva a coger una baja de poco tiempo pero que para Lina Morgan significó una salida en aquel peculiar mundo en el que se llevaban las vedettes altas, esbeltas y pechugonas frente a su un metros sesenta de estatura, su cara guapa y armonioso y breve cuerpo. Ella tenía que luchar contra esto, sabía que nunca sería una súpervedette y ella buscaba sus armas de seducción para el público. Un pelotón de chicas en busca de una oportunidad, entre ellas Lina que fue la primera en dar un paso adelante y decir que ella se sabía el texto entero de toda la compañía. Don Alfonso del Real, que en un principio dudaba de que esta chica pudiese hacerlo decide jugársela y arriesgar concediéndole la oportunidad. Fue un éxito al interpretar un pequeño papel cómico. De esta manera Del Real le aconseja que se dedique al género cómico ofreciéndole papales en su compañía que le fuesen sacando del anonimato. En seguida se recuperó la tercera vedette, pero a Lina no le importó porque aunque regresa al final del pelotón ella ya estaba ensayando con mayor protagonismo el siguiente espectáculo.
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