¡VIVA LA REVISTA!

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sábado, 12 de noviembre de 2011

Los artífices de LAS LEANDRAS: Celia Gámez (II)

Tal como pedían los tiempos de nacional-catolicismo, en sus espectáculos era cuidadosa con la exhibición carnal de sus vedettes y de sí misma, recurriendo a la malla ajustada y a la moderación en escotes es y shorts. Aspiraba a que la revista fuera también frecuentada por la mujer, con lo que daba un cambio en cuanto a su audiencia. Tal vez por garantizarse un estatuto de respetabilidad en los puritanos tiempos de la posguerra, se casó en 1944 en la Basílica de los Jerónimos de Madrid con un médico llamado José Manuel Goenaga, en una boda que en vez de respetable resultó en extremo escandalosa, tanto por la afluencia y la actitud de los curiosos como por el hecho de que el padrino fuera el mismo general Millán Astray que había sido su amante. El matrimonio fue de muy corta duración y la pareja se separó, aunque no hubo divorcio, que era entonces legalmente imposible. De hecho, siempre se rumoreó también el supuesto lesbianismo de la estrella, alentado por una cierta ambigüedad que se complacía en cultivar: aparecía vestida de hombre en muchos números y hacía que cortejaba a las coristas o las besaba. Como fuera, siempre hizo por tener amantes y acompañantes masculinos hasta edad muy avanzada.

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