¡VIVA LA REVISTA!

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martes, 10 de febrero de 2009

Casi un siglo de... LA CORTE DE FARAÓN (X)


Cuadro III
De capa caída


Estancia regia del palacio de EL GRAN FARAÓN. En el fondo de esta estancia, un hueco en medio punto y cuadrilongo, donde va un lecho de la época, cubierto con tapices y pieles. A ambos lados de este hueco, dos grandes pebeteros egipcios. El lecho estará sobre una grada de un peldaño. Esta grada la cubrirá un rico tapiz, que baja hasta el centro de la escena. En los dos ángulos del fondo de esta decoración, dos estatuas egipcias de mármol negro. A la derecha, gran ventanal, que se supone da a los jardines del palacio, por donde entrará luz del día, que contrastará con la artificial de una lámpara egipcia que pende del techo de la estancia. A la izquierda, dos grandes puertas practicables. Todos los detalles arquitectónicos y de mobiliario a gusto del pintor.

Escena I

EL GRAN FARAÓN, tendido en el lecho, y a su lado de pie y escanciándole en una copa, con un ánfora, LA REINA. Sobre el tapiz del centro y en actitudes artísticas mujeres con trajes egipcios de hombre. Coperos del rey con ánforas y vasos.

(Música.)

LA REINA
Bebe, bebe, mi señor,
del rico vino de Antía,
bebe y reposa, que ya
amanece el nuevo día.

COPEROS
Bebe el vino sabroso,
vino rico y dorado
que en tus regios lagares
pisó el esclavo.

LA REINA
Si quieres, mi dueño,
que arrullen tu sueño
de Nínive bella
canciones de amor,
hermosas mujeres
que brindan placeres
vendrán a cantarte
su dulce canción.


Escena II

SUL (mujer), SALECH, AMÓN y Coro de señoras. Visten trajes de bohemios babilónicos. Llevan unos panderos triangulares con campanillas.

(Música.)


SUL, SALECH, AMÓN Y BOHEMIOS
De Nínive, do reina Sardanápalo,
venimos hoy aquí,
y al son de sus canciones melancólicas
cruzamos el país;
al aire resonando nuestros címbalos
a Menfis, la inmortal,
llegamos los cantores babilónicos
tras largo caminar.
Andando,
llevando
do quier
nuestra canción.
Cantando,
danzando,
moviendo
el tin tan ton.

SUL
Una canción babilónica
voy a cantar.

CORO
Toda la grey faraónica
te va a escuchar.

SUL
Son las mujeres de Babilonia
las más ardientes que el amor crea,
tienen el alma samaritana,
son por su fuego de Galilea.
Cuando suspiran voluptuosas,
el babilonio muere de amor,
y cuando cantan ponen sus besos
en cada nota de su canción.
Ay, Ba... Ay, Ba...
Ay, Babilonio que marea.
Ay, va... Ay, va...
Ay, vámonos pronto a Judea.

TODOS
Ay, va... Ay, va...

SUL
(Suspiro.)
¡Ay!
Vámonos allá.
Como las hembras de Babilonia
no hay otras hembras tan incitantes;
arde en sus ojos de amor la llama,
buscan sus labios besos amantes;
como palmeras que el viento agita,
doblan si danzan sus cuerpos bellos
dando en sus giros al aire ardiente
la negra seda de sus cabellos.
Ay, Ba... Ay, Ba...
Ay, Babilonio que marea.
Ay, va... Ay, va...
Ay, vámonos pronto a Judea.
Los Babilonios cuando enamoran
son muy rendidos enamorados,
brindan placeres con sus palabras
y hablan de goces nunca soñados.
Y cuando luego pasan de amantes,
porque se casan, a ser maridos,
tras de las noches en que amor vela,
entonces vaya si están rendidos.

Ay, Ba... Ay, Ba...
Ay, Babilonio que marea.
Ay, va... Ay, va...
Ay, vámonos pronto a Judea.
Hace unas noches que en Babilonia
luce en el cielo bello cometa
y todos temen que ocurra un choque
o con la cola le dé al planeta.
Y las doncellas de Babilonia
al cielo miran, aunque temblando,
porque la estrella les gusta mucho
y no se asustan de verle el rabo.
Ay, Ba... Ay, Ba...
Ay, Babilonio que marea.
Ay, va... Ay, va...
Ay, vámonos pronto a Judea.
Dicen en Tebas que el sabio Cana,
jefe hoy de todos los sacerdotes,
va a hacer en Tebas como le dejen
en todo mangas y capirotes.
Andan en Tebas entusiasmados
a Tebas viendo ya transformada,
y hay quien en Tebas le dice... Pepe,
a ver si te vas sin hacer nada.
Ay, Ba... Ay, Ba...
Ay, Babilonio que marea.
Ay, va... Ay, va...
Ay, vámonos pronto a Judea.
Anda el servicio de las criadas
allá en las casas de Babilonia
de una manera tan deplorable,
que hay que mudarlas cada dos horas.
En una casa que yo conozco
no paran nunca las cocineras,
y hace unos días que de repente

salió la Segis y entró la Pepa.
Ay, Ba... Ay, Ba...
Ay, Babilonio que marea.
Ay, va... Ay, va...
Ay, vámonos pronto a Judea.
En Babilonia los Ministerios
entran y salen tan de repente,
que quien preside por la mañana
ya por la tarde no es presidente.
De estos trastornos ministeriales
dicen que tiene la culpa sola
un astro errante llamado Maura,
que es un cometa de mucha cola.
Ay, Ba... Ay, Ba...
Ay, Babilonio que marea.
Ay, va... Ay, va...
Ay, vámonos pronto a Judea.

(Hablado.)

LA REINA
Basta. Callad, babilónicos,
que el Faraón se ha dormido.

SALECH
Mi reina... pues que los Dioses
le den un sueño tranquilo,
aunque habiendo visto a éstas
el tin tan ton... yo imagino
que va a soñar el monarca
y va a dar cada respingo
en el lecho, que ya ya.

AMÓN
Siempre nos pasa lo mismo:
nos ve un monarca y se duerme.

SUL
De gusto, no de aburrido.

SALECH
Faraona... Osiris te guarde.
Niñas... Vamos despacito,
de puntillas, para no
despertar al rey egipcio.
Semíramis, diecisiete,
Babilonia. A tu servicio.

(Vanse de puntillas con música piano en la orquesta por la segunda izquierda.)


LA REINA
(A los Coperos.)
Dejadme sola.

(Vanse los Coperos por la segunda.)

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