El apoteósico boom de
La Blanca doble llegó a paralizar incluso hasta la vida social madrileña
enfrentándose detractores y partidarios, defensores, unos, acérrimos enemigos
los otros, de tan simple obrita teatral derramando ríos de tinta en uno y otro
lado. Sin embargo, lejos de entrar en toda la lluvia de polémicas
que la revista trajo consigo, el maestro Guerrero organizó todo un aluvión de
sorpresas para las quinientas representaciones de su obra. He aquí la
entrevista que concedió[1]:
"Estos días se comenta con gran entusiasmo las
muchas cosas que el maestro Guerrero ha organizado para conmemorar las
quinientas representaciones de La Blanca doble. Como los rumores nada
nos dicen en concreto, dedicimos visitar al compositor de las obras milenarias,
para enterar a nuestros lectores de sus proyectos en general, y muy
particularmente, de lo que piensa hacer en el Teatro La Latina, cuando La
Blanca doble llegue a las quinientas representaciones.
Encontramos al
maestro Guerrero en su despacho, ocupadísimo con la partitura de Sin
novedad, señora Baronesa, opereta que será el primer estreno del Teatro
Martín, coliseo donde actualmente se representa ¡Cinco minutos nada menos!,
otra del popular maestro, que camina hacia las dos mil representaciones.
-Diga, don
Jacinto, ¿es cierto que prepara grandes novedades para las quinientas de La
Blanca doble sean un acontecimiento?
-Ciertísimo.
Pienso entregar al Alcalde de Madrid todo el billetaje de esa función para que
su recaudación la distribuya entre los más necesitados.
-La gente comenta
con gran entusiasmo lo que usted prepara para ese día.-Y eso que ignoran el fin de fiesta que habrá y otras cosas que no anuncio, porque quiero que sirva de sorpresa.
-¿Es verdad que la otra tarde se armó un escándalo en la taquila del teatro de La Latina, porque un espectador quería arrebatar a otro la última localidad que quedaba?
-Sí que lo es; pero con suponer eso mucho, no tiene punto de comparación con lo que está ocurriendo en provincias. En Sevilla, ante el éxito alcanzado, se prorrogó la actuación llegando en aquella ciudad, a las sesenta representaciones, que ya es decir, en ocasión de que los cines se ven adornados con las tres películas que alcanzaron el éxito de la temporada.
-¿Qué compañía dará a conocer en Barcelona esta opereta?
-La que encabeza Conchita Leonardo, o sea, la que actualmente trabaja en Sevilla.
-¿Cuándo debuta
este elenco en Jerez?
-El día 12 del
actual.
-¿Dónde también
usted dirigirá la orquesta?
-Justamente. [...]
-¿Cuándo puso
música a La Blanca doble, vislumbró el éxito del número “¡Ay, qué
tío...!”?
-Desde
luego; aunque no tan grande como el que ha alcanzado, que no hay sitio popular
a donde no se cante el “¡Ay, que tío...!” Con decirle que hasta en los partidos
de fútbol vitorean a los jugadores diciéndoles: “¡Ay, qué tío!... ¡Ay, qué
tío...! ¡Qué golazo le ha metío...! [.
-¿Una anécdota?
-Le contaré la más
reciente. Fui a Sevilla para dirigir la orquesta, y me enteré que la empresa
había suspendido la función porque en aquella ciudad, el día 31 de diciembre,
la gente no acudía al teatro. Rápidamente ordené prepararan 2000 botellines de
vino, 200 bolsas de uvas, y que anunciaran la función al público. Esta cayó muy
bien y la gente se aglomeró en taquilla a sacar las entradas, por lo que ante
tal gentío fue preciso que todos ayudáramos en lo que estuviera a nuestro
alcance. Yo me puse a cortar entradas, y cuando más preocupado me encontraba en
mi nueva profesión, oí que me decían: “Oiga usted, haga el favor de rogar al
maestro Guerrero que no empiece la función hasta que entremos todos”. Aquello
me hizo mucha gracia, pero, muy serio, le contesté: “Descuide, que el maestro
no empezará hasta que toos estén dentro”.
-¿Y al dirigir, no
le reconocieron?
-Ni que decir
tiene. La ovación que recibí fue tan grande que no la olvidaré nunca.
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