Para que se pueda comprender un poco mejor la
personalidad de Fernando, cabe mencionar una anécdota: Durante el gobierno de
Franco se celebraba anualmente una recepción para todos los actores en el
Teatro Calderón de Madrid, presidida por Doña Carmen Polo de Franco y por Doña
Sofía, que aunque ya estaba casada con Don Juan Carlos, aún no eran Príncipes
de España.
Iban pasando por delante de
ambas Señoras todos los actores y actrices que acudían a la recepción mostrando
sus respetos y dirigiéndose a cada una de ellas como “Señora”, “Señora”. Cuando
le llegó el turno a Fernando se dirigió a
Doña Carmen: como “Señora” y a Doña Sofía: como “Alteza”. Un compañero
le dijo: “Fernando, ¿porque le has dicho “Alteza” a Doña Sofía? A lo que
Fernando respondió: “Porque Doña Sofía es hija de los Reyes de Grecia y, por lo
tanto, es Princesa de Grecia y le
corresponde el tratamiento de “Alteza”.
A Doña Sofía, no le pasó desapercibido este detalle y se informó
muy bien acerca de Fernando y al año
siguiente, cuando éste le presentó sus respetos, ella le saludó muy cariñosa
preguntándole incluso por su mujer y sus hijos.
Fernando Santos falleció el 19 de Abril de
1993 en Madrid después de una larga enfermedad. Cumpliendo su última voluntad,
fue incinerado en el Crematorio de la Almudena de Madrid y, posteriormente, sus
cenizas fueron llevadas a su querida Salamanca donde reposan para siempre junto
a sus padres y abuelos.
El Ayuntamiento de Salamanca quiso rendir
homenaje póstumo a uno de sus salmantinos más ilustres dedicándole una calle en
el Barrio de Garrido, la calle de Fernando Santos.
1 comentario:
Es vergonzoso, por parte del Ayuntamiento de Salamanca, que a uno de sus "hijos predilectos" se le haya otorgado su nombre a una porquería de calle en nuestra ciudad. Fernando se merecía mucho más. Y no me refiero que llevara su nombre una de nuestras avenidas, pero por lo menos alguna calle de las más transitadas. ¡Que no era un cualquiera, joder!
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