A finales de los años veinte, la Familia Santos
se vino económicamente a menos y don Eusebio, después de regentar uno de los
mejores comercios de la ciudad, se vio convertido en un viajante, un humilde
representante de las casas que habían sido sus proveedores. Dado el gran
esfuerzo que tenía que hacer para sacar a su familia adelante, se vio obligado a vender su casa de la Plaza
Mayor. De allí se fue toda la familia a una casita en la calle del Sol, de allí
a un pequeño chalecito para terminar instalándose en el Paseo de Canalejas 31.
Será aquí donde pase su infancia y
adolescencia por lo que el Paseo de Canalejas tenía para el imborrables y
maravillosos recuerdos.
Fernando inició su vida escolar en un
parvulario de unas monjitas de la orden de Las Salesianas. Siempre recordaba
con auténtica veneración a la monjita que le enseñó las primeras cosas que
aprendió en su vida, “Sor Encarna” a la que siempre estuvo muy agradecido.
Años más tarde pasó al
colegio de Los Salesianos donde haría la Primera Comunión en Mayo de 1930. Aquí
estudió hasta el bachillerato siendo bastante buen estudiante, no estaba entre
los más empollones pero tampoco iba a la cola. Será aquí donde le nazca el
gusanillo por el mundo del teatro, ya que en su familia no había ningún
antecedente artístico.
No hay comentarios:
Publicar un comentario