Fantasía de atracciones fue un divertidísimo espectáculo de magia arrevistado que recorrió la geografía española a finales de los años cincuenta muy en consonancia con el arte de las variedades arrevistadas tan en boga de la época y que contaba con números derivados del arte de la magia aderezados por esculturales y bellísimas señoritas que ayudaban a su protagonista, el desgraciadamente olvidado mago Chang, un ilusionista que combinaba el arte oriental con efectistas trucos de magia deleitando a su ensimismada concurrencia esperando, entre atónitos y asombrados, los exóticos juegos ofrecidos por el ilusionista.
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