¡VIVA LA REVISTA!

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lunes, 9 de enero de 2012

Olga María Ramos o la nostalgia del cuplé y la revista (y V)

Olga María creció viendo trabajar duramente a sus progenitores, creció entre músicas, organillos y madridismo inherente. Pero su historia, además de ser la historia de una vida personal y profesional plagada de llaves, pulgas, tardes del Ritz, mantones de manila, violeteras y polichinelas, tuvo su punto de inflexión en el local de la castiza calle de la Palma donde la violinista extremeña pasó treinta y un años consiguiendo, a fuerza de arte y cariño, que su local, conocido como “Las noches del cuplé”, se convirtiera en cita obligada de los que querían disfrutar de una noche auténticamente madrileña.
Es, en ese mismo local, en donde Olga María consiguió realizarse plenamente interpretando, bien sola, bien junto a su madre, inolvidables canciones de un género español tan sumamente popular que aún hoy día y, gracias a su esfuerzo, ha conseguido revitalizar. Pero, desgraciadamente y, tras el cierre de aquel mítico lugar por el que deambularon las más altas personalidades nacionales e internacionales del mundo de las artes, política, sociedad, economía y cultura como don Juan de Borbón, Agustín Lara Jr., Severo Ochoa, Plácido Domingo, Lola Flores, etc., Olga María, decidió eregirse como abanderada del cuplé y luchar para que este bello género no cayese en el letargo e hibernación de otros tantos géneros populares.
Así, comenzó a impartir sus conferencias cantadas y se inventó el termino de “cupletóloga”, pues no veía mejor forma de definirse.
Desde entonces y hasta la fecha de hoy, Olga María ha recibido los elogios y el aplauso del público y de la prensa y crítica especializada. Ella ha plasmado en las páginas de un libro titulado De Madrid... al cuplé, todo su saber, conocimiento y sapiencia sobre este género, habiendo sido calificado como “la Biblia del cuplé”.
Su esfuerzo ha recibido el beneplácito de los distintos espectadores para los que ha actuado amén de haber sido condecorada con algunas de las más importantes y honoríficas condecoraciones, premios y distinciones como el Relicario de Plata, Premio ABC Serrano, Premio Cibeles de Honor, Alcaldesa de Honor de San Lorenzo (Segovia), Lazo y Dama miliciana Héroes del 2 de mayo de 1808, Premio mujer popular 2008, Medalla de la Virgen de la Paloma, Bandeja de Plata de la Cruz Roja, Dedal de Plata del Modisto Vicente Cano, Premio Dulcinea 2008, Bandeja de cristal y oro de la Asociación Raquel Meller de Tarazona, entre otros muchos.
Para todos aquellos que nos preciamos de haber sido agraciados con la amistad de esta inigualable artista, sólo podemos tener palabras de eterno agradecimiento, porque si grande es como artista, más lo es como persona, madre e hija. Su inherente humanidad hacen de ella una persona realmente especial. Sus conversaciones son siempre lecciones universales de un saber estar, conocer y amar no sólo su profesión sino la vida. Una mujer grande como lo fueron sus padres, una artista única e inigualable, la última gran cupletista descendiente de Raquel Meller y La Fornarina, una intelectual de su tiempo, un auténtico “vendaval escénico” llamado Olga María Ramos.

1 comentario:

Mar Buelga dijo...

Monty, totalmente de acuerdo. No puedo decir más, porque tu has dicho todo...
Sí, añado, gran artista y excepcional persona. Conociendo a Olga muchos se reconciliarían con el mundo que nos ha tocado vivir,aún quedan personas y cosas simple y llanamente BUENAS.