Olga María Ramos o la nostalgia del cuplé y la revista (I)

Hacía tiempo que deseaba dedicarle algunos artículos a mi muy entrañable, querida y admirada Olga María, por lo que, queridos lectores, no voy a poder ser demasiado objetivo ya que os hablaré más con el corazón debido a todos los sentimientos que Olga me provoca.

Quien no la haya visto actuar sobre un escenario, no sabe lo que se pierde. Olga es digna sudcesora de aquellas cupletistas picarescas, no picantonas, divertidas no chabacanas, intelectuales, no burdas, capaz de arropar bajo su mantón a gentes de toda clase, condición, sexo, época y generaciones diferentes. Ella es la digna sucesora de su madre, doña Olga Ramos, "la Curro Romero del mantoneo" y ha sabido continuar perpetuando la memoria de unos géneros denostados y olvidados constantemente por la crítica académica, universitaria y especializada en tratados y manuales de conjunto.

Ella misma se define como "cupletists y cupletóloga", de hecho, y os lo puedo asegurar, es la persona que más y mejor sabe de cuplé de toda España por cuanto se ha dedicado a investigar el género amén de configurarse un museo digno de verse y de ser perpetuado en algún palacete, fundación o casa consistorial para siempre.
Pero si Olga es grande como artista, más lo es como persona. Noble, generosa, honrada, desprendida... todo lo que os diga es poco. A mí me abrió los brazos como si de mi propia madre se tratase y nuestra admiración, además de ser mutua va "in crescendo" por la noble y ardua labor que hace perpetuando el cuplé allá por donde quiera que va.