Inaugurado el 21 de junio de 1905, estaba situado en la avenida del Paralelo, entre las calles Tapioles y Poeta Cabanyes. Fue construido con planos hechos por Manel Joaquim Raspall, el mismo arquitecto que hizo la remodelación de El Molino en 1913.
El propietario del teatro era Guillem Juncà i Padró, quien juntamente con los hermanos Soriano, Suñer Sucararts y otros fueron los verdaderos “creadores” del Paralelo: avispados empresarios de principios del siglo XX que vieron en la construcción de barracones y precarios teatros un negocio que daría fama a esta avenida en todo el mundo.
El Cómico ocupaba un gran solar, donde cabía, además del teatro, un jardín, La Alameda del Cómico, donde se hacían representaciones en verano, y un café. Hasta 1920 se especializó en representaciones de zarzuela, y después, siguiendo la moda de la época, se interpretaban revistas musicales e incluso, en la platea, combates de boxeo y concursos de baile de resistencia.
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