¡VIVA LA REVISTA!

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jueves, 13 de mayo de 2010

Un cómico de revista... Adiós emocionado a D. Antonio Ozores (IX)


Reproducimos a continuación la entrevista que el diario EL MUNDO realizó a D. Antonio donde hacía un repaso a su vida y nos comentaba que, tras 70 años de traabajo, sólo le quedaba una pensión de 800 euros:

Mientras unos ven como un drama la posible extensión de la edad de jubilación de los 65 a los 67 años, Antonio Ozores lleva más de siete décadas en el tajo... Y subiendo. La suya, más por "suerte" que por desgracia, asegura, es de esas profesiones en las que cumplir ciertos años no obliga a colgar el hábito. "Yo creo que los toreros y los actores no nos jubilamos nunca porque hay toreros que tienen 800 años y siguen toreando. Siempre hará falta un niño de meses en una película y un señor mayor en otra", explica el emblemático comediante.

Octogenario, en activo y con muchas ideas en el cajón, como un concurso para televisón "con señores de 70 o 75 años que nada más llegar se les hace un análisis de sangre y otro de orina para ver como están. A la semana siguiente al que haya subido de triglicéridos se le echa". El suyo siempre ha sido un humor "raro, surrealista". Dice que pasa el tiempo pero eso no cambia. "Me ha funcionado muy bien, hasta me inventé esa forma de hablar rara", recuerda en relación con su personaje mítico en 'Un, dos, tres' de Chicho Ibáñez Serrador.
Ozores (1928, Burjasot, Valencia) ha trabajado muchísimo. Lo dicen las cifras -más de 160 películas, 200 obras de teatro, varias series de televisión, radio...- y lo recuerda el propio actor y director a lo largo de la entrevista. Llegó a rodar seis películas en un año y tres a la vez. "Tres por ocho, 24 horas al día. Me iba a un rodaje y me dormía. Y preguntaba al despertarme: ¿Qué película es esta?. Me decían el título y ya me hacía", comenta. "Yo nunca me he preparado el papel ni me he hecho un estudio filosófico de Stanislavski [método de interpretación]. Veo el guión, veo cómo es el personaje y me adapto, no necesito mucha cosa más".

Incontables horas de trabajo pero escasa cotización: "Pensé que tendría la pensión máxima, pero no. En mi época los productores no pagaban a Hacienda y por eso a mí, con todo el bagaje artístico que tengo, me han quedado 810 euros. Media jubilación porque no ha pagado nadie..."

Debutó con ocho años. La profesión, entonces, "era como salir a jugar", dice. En casa de los Ozores -él forma parte de la quinta generación de una familia de actores- la interpretación se bebe temprano y a él le tocó ingresar en este mundo por el teatro encarnado "a un pastorcillo al que le pasaban muchas cosas". "Era en una cosa que se llamaba 'Pastoret', que se hacía en Navidades. Ahora ya no se hace. Tenía ocho o nueve años... Hace unos setenta". El paso al cine le llegaría en los años 50.

Está, por carrera y edad, en época de homenajes. El último, el del Festival de Cine de Alicante, que le otorga en esta edición uno de esos galardones 'a toda una vida' . "Estoy recibiendo muchos porque soy mayor. He trabajado muchísimo y quedamos pocos porque todos se han muerto. [José Luis] López Vázquez, [Fernando] Fernán Gómez... Todos ya desaparecieron y quedo solo yo. Por eso me dan los homenajes, porque no estoy más que yo". Los agradece y disfruta con total tranquilidad. "Me da igual cómo vaya a ser recordado. No lo sé, pero como no voy a estar, que piensen lo que quieran", afirma.
De momento, a sus 82 años tiene muchas ganas para seguir haciendo teatro y ninguna de volver al cine. Ozores no aparece en la gran pantalla desde 'Pelotazo Nacional', en 1993. En este punto llega un vendaval de críticas: "El cine que se hace ahora en España es bastante malo. No tiene gracia ninguna. Me dan guiones y los devuelvo".
"Hay carencia de actores y de escritores. No hay otro Fernán Gómez, ni otro [José María] Rodero, ni otros autores como [Enrique] Jardiel Poncela y muchos más. Y como no hay, no hay de donde sacar. Y luego la masificación de la televisión es una cosa curiosa. A los actores de la 'tele' se les conoce por el nombre de la serie. Y cuando han tenido un éxito muy grande se creen que ya está conseguido. Y nada más lejos; se termina la serie y se ha terminado el actor. Esto ha cambiado mucho a peor", señala.
También carga contra la televisión porque considera que "está embruteciendo al público español". "Se hacen cosas muy fáciles. He llevado cosas de concursos y cosas que he escrito y me dicen siempre lo mismo, que se han reído mucho, que sus hijos también pero que no es lo que estamos haciendo. Por eso lo traigo. Si hicieras una cosa como Telecinco... pero eso ya lo está haciendo Telecinco. No entra en la cabeza de los altos directivos cambiar", remarca.
Entonces, ¿de dónde salen las ganas de seguir trabajando? "No lo sé... soy muy pesado. Yo ya creo que debía de dejar de trabajar. Ahora estoy escribiendo para mi hija, porque lo que escribo por lo visto funciona muy bien y mi hija está muy bien en lo que hace".
Ahora está en Madrid su último proyecto, 'El último que apague la luz', precisamente con Emma Ozores y Mario Tardón, estrenada en 2004 y que ya han visto dos millones de personas. Hasta tiene varios libros, el último 'Antonio Ozores, mi autobiografía. También prepara otra comedia para septiembre. "Me he quedado con el teatro y con la empresa de la compañía, así que puedo hacer lo que quiero". Y vende bolsos. "Colaboré en la revista 'La Codorniz' con Gila, Mingote... Unos dibujos de los chistes los he puesto ahora en bolsos y se están vendiendo muy bien en Italia. Dos cosas muy raras". Lo suyo, un no parar.

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