¡VIVA LA REVISTA!

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miércoles, 17 de febrero de 2010

La revista musical española a través del cine (I)


Teatro y cine forman dos artes heterogéneas que se interrelacionan constantemente a pesar de las manifiestas diferencias habidas entre ambas, si bien es cierto que las dos poseen un único fin como lo es el del entretenimiento y producir la consabida catarsis al espectador asistente. Con respecto a ello, Jacinto Benavente llegó a afirmar:
"El fin del teatro, como el del cine, es entretener; entretener emocionando, educando, interesando... La película y la comedia deben lograr que el espectador olvide su mundo circundante de preocupaciones y quehaceres, y quede prendido en la ficción que se le cuenta. Cuando una obra teatral ha gustado el día de su estreno, se suele decir que “ha entrado”; o sea, que ha desplazado el contenido interior del público y ha puesto en su lugar lo que los personajes sienten desde escena. Es lo que sucede en una conversación; si lo que se dice es interesante y se dice bien, estamos pendientes de las palabras de nuestro interlocutor; si no es así, uno se distrae y la imaginación se va por otros caminos, y cuando se nos pregunta algo sobre algún punto de la charla, sale aquello de: “¿Cómo?... ¿Qué decía?...
Por eso cine y teatro son una misma cosa. Pero el cine, empeñado en no ser teatro, tiene muchas manías; por ejemplo, esa de que se ha de decir todo, de que todo lo que se dice tiene que confirmarse visualmente. Ese es un error que el teatro no comete”
[1].
[1] Vid. SÁENZ GUERRERO: “Si lo dice, lo publico”, en Fotogramas, Madrid, nº 1, 1946, pág. 5.

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