¡VIVA LA REVISTA!

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sábado, 9 de enero de 2010

1910-2010: Cien años de... La corte de Faraón (XX)


Víctor M. Peláez:

"A/ Causas teatrales: la segunda mitad del siglo XIX en España supuso para el teatro una época de cambios muy significativos, que afectaron a todos los elementos estructurales del mundo teatral. En este punto nos interesa señalar los que se refieren exclusivamente al repertorio dramático. En la década de los sesenta Francisco Arderíus popularizó sus Bufos, representaciones de obritas líricas de tono alegre, jovial y, en un alto porcentaje, paródico. Son el antecedente inmediato del fenómeno que, injustamente, ha recibido la denominación de Género chico, cuyos inicios se marcan en torno a 1880. El apogeo de esta corriente teatral de carácter lírico se fecha comúnmente entre 1890 y 1900, época de enorme proliferación de zarzuelas en la práctica totalidad de locales teatrales españoles (no sólo en la capital). La entrada del siglo XX supuso la aparición de nuevas modalidades muy próximas al Género chico, pero con rasgos particularizadores: el género ínfimo, las variedades y la opereta. Básicamente añadían mayores dosis de espectacularidad, proyectaban en escena un erotismo más marcado, materializado en la figura de las actrices, y prestaban especial atención a los números musicales, cuya correcta ejecución era motivo suficiente para salvar del pateo a determinadas piezas que, sin duda, merecían el desprecio del respetable. Si queremos ser más precisos, podemos afirmar que la evolución de la dramaturgia española de finales del XIX y principios del XX constituye un proceso de sustitución de la letra por la música, del arte de reflexionar por la emoción de sentir, del teatro más convencional por un teatro plenamente espectacular. Y en este contexto de encrucijada dramática se estrena La Corte de Faraón, cuyos números musicales trascendieron las tablas y se convirtieron en un verdadero fenómeno de masas; de hecho, el número de los cantores babilónicos fue ampliado con varios cuplés, a petición popular. Tales números musicales tampoco habrían tenido un eco especial si no hubiese existido una interpretación «sugerente» de los mismos, cual fue la que en el estreno de 1910 realizó Carmen Andrés y ya en representaciones posteriores (en los años veinte) Julia Fons, que en el estreno interpretó el papel de Lota".

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