¡VIVA LA REVISTA!

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jueves, 12 de marzo de 2009

Casi un siglo de... LA CORTE DE FARAÓN (XVIII)



Cuadro II
El camisón de Pepiyo

Antesala en la casa de EL BUTIFARRA. Dos puertas laterales y una ventana al fondo que da sobre las orillas de un arroyo que no se ve. Los muebles son modestos. Un sofá de paja, varias sillas de lo mismo y una banqueta pequeñita forrada de paño rojo. A cada lado de la escena y junto a las candilejas dos braseros con lumbre y dos soplillos.

Aparece LA CARLOTA sentada a la derecha en el sofá. Junto a ella RAFAELA y MARÍA, una tocando la guitarra y otra cantando. Cuatro jóvenes muy guapas, que son amigas de LA CARLOTA, también la acompañan y bailan a su tiempo. Junto a los braseros y dándole al soplillo están sentadas dos chicas. Luego PEPIYO, LA SOLE, LA FELI y LA LUCI.

(Música.)

RAFAELA
(Tocando la guitarra.)
«Una mujer fue la causa
de mi perdición primera.
No hay perdición en el mundo,
Soleá churripandí,
no hay perdición en el mundo
que de mujeres no venga».

LA CARLOTA
Dejad las peteneras
y templa la guitarra,
que bailen estas chicas
al son de la charrada.

RAFAELA
Ahora no se estila
que bailen las muchachas
más bailes que el Respingo,
que tiene mucha gracia.

(Se adelantan cuatro chicas y bailan el respingo.)

PEPIYO
(Saliendo por la derecha.)
Aquí hay tres greñudas
que te quieren ver.

LA CARLOTA
Pues dilas que pasen,
vendrán a beber.

RAFAELA y MARÍA
Vienen a decirte
la buenaventura;
siempre que aquí hay boda
vienen las greñudas.

LA CARLOTA
Me alegro que vengan,
y me entretendrán,
porque Butifarra
no puede tardar.

(Salen LA SOLE, LA FELI y LA LUCI, tres gitanas desgreñadas con andares muy cadenciosos; van bien vestidas.)

LAS TRES
Dispénsanos, Carlota,
la lata de este vals.
No sé si es de Boccaccio
o de La tempestad.

(Adelanta LA CARLOTA y quedan las cuatro frente al público.)

LAS TRES
(Muy accionado todo el número.)
Lo primero que quiere el marido
es que sea muy fiel su mujer,
que se encuentre siempre prevenido
lo que en casa se pueda tener.
A la esposa,
a la esposa tenerla dispuesta,
siempre limpia,
siempre limpia, lavada y peinada,
y que guise, que friegue, que planche
sin costarle trabajo hacer nada.
Mujercita,
fiel y bonita,
tu marido te necesita
hacendosa,
primorosa,
que le lave la ropa y la cosa.
Ahora sí que estarás contentona,
remonona,
remonona,
cuídalo,
mímalo,
no le digas a nada que no.

TODAS
Sé hacendosa,
primorosa,
y verás tú cómo eres dichosa.
Cuídalo,
mímalo,
no le digas a nada que no.

(Palmoteando todas y bailando las greñudas y al final LA CARLOTA.)
Alza y toma,
toma y dale,
no hay quien dé otros consejos iguales.
Olé ya,
corocó,
muévete, muévete como yo,
muévete como yo,
muévete como yo,
¡Olé!

(Cesa la música.)

(Hablado.)

LA CARLOTA
Bueno, basta de consejos,
que después no hay quien los cumpla.

LA FELI
Hija mía, yo por abrirte
los ojos...

LA LUCI
No seas taruga,
que se los abra el marido,
porque no parece adusta.

LA SOLE
Pero ha de dolerle más
si lo hace él solo, que juntas
las tres.

LA CARLOTA
¡Sí, tenéis razón!
¡Pero quiero estar a obscuras
hasta que él me ilumine
con su luz que me deslumbra!

LA SOLE
Pues que te dure la vela
y que no se acabe nunca.

LA FELI
Que cuando te abra los ojos
se derrita de dulzura.

LA LUCI
Y Dios te dé una hora corta
y a él muy larga y con fortuna.

RAFAELA
¡Ay, con las cosas que dicen
me alargan la dentadura!

EL BUTIFARRA
(Dentro.)
¡Pepe!

LA CARLOTA
(Ruborizada.)
¡Es él!
(Baja la cabeza.)

RAFAELA
¡El Butifarra!

LA CARLOTA
¡Ay, cómo vendrá! ¡Me asusta!

(Salen EL BUTIFARRA y PEPIYO. Aquél trae una muleta y un estoque. Éste, como siempre, en mangas de camisa y en gorra, que se quita al entrar.)

LA FELI
(Fijándose en él.)
¡Cómo viene!

LA SOLE
¡Con los trastos
de matar!

LA CARLOTA
(Sin mirar.)
¡Qué gusto!

PEPIYO
(Fijándose en las señoras.)
¡Azúcar!

EL BUTIFARRA
(Por las gitanas.)
¿Quiénes son estas tres fieras?

LA SOLE
¡Señor, somos tres greñudas
que hemos venido a decirle
a ésta la buenaventura!

LA FELI
Y a prepararla pa el trance
que la espera.

EL BUTIFARRA
¿Las tres juntas?
(¡Dios mío! ¿Qué le habrán dicho
a esa inocente criatura?)

LA LUCI
Y ahora nos vamos.

EL BUTIFARRA
Sí, ahuequen.

RAFAELA
(Suspirando y mirando a EL BUTIFARRA.)
¡Quién fuera ella!

EL BUTIFARRA
(Incomodado.)
¡Condúcelas!

(Salen RAFAELA y las tres greñudas por la izquierda. Quedan en escena LA CARLOTA a la derecha, en el centro EL BUTIFARRA y a un lado PEPIYO, que sigue descubierto y que a las primeras frases se vuelve de espaldas a ellos.)

EL BUTIFARRA
(Sin moverse.)
¡Ay, Carlota de mi vida!

LA CARLOTA
(Yendo a él.)
¡Butifarra!

PEPIYO
(Volviéndose de espaldas.)
¡Re... patata!
Oigan... ¿Me cubro?

EL BUTIFARRA
¡No!
(Alargando el estoque y la muleta.)
¡Toma!

(PEPIYO no se da por aludido. EL BUTIFARRA más alto.)
¡Coge esto!

PEPIYO
(Sin volverse.)
¿Yo?

EL BUTIFARRA
(Entregándoselas.)
Esta espada
y la muleta.

PEPIYO
(Cogiéndolas.)
Creía
que era a la señora.

EL BUTIFARRA
Anda,
y ahora, alivia.

PEPIYO
(Retirándose.)
Buenas noches
y descansad... si hace falta.

EL BUTIFARRA
(En voz baja a PEPIYO.)
En cuanto llegue el encierro
con un cencerro me llamas.

(Se va PEPIYO.)

LA CARLOTA
(Que se ha sentado en un sofá que hay a la derecha, suspirando.)
¡Ay!

EL BUTIFARRA
¿Suspiras?
(Empieza a quitarse la americana.)

LA CARLOTA
¡De emoción!
(¡Se quita la americana!
¡Ay, lo que se viene encima!
¡Qué rubor!)

EL BUTIFARRA
(¿Cómo contarla
lo que me sucede?)

LA CARLOTA
Siéntate.

EL BUTIFARRA
(Con vigor.)
¿Quién, yo sentarme?

LA CARLOTA
(Mimosa.)
¿Te enfada?

EL BUTIFARRA
Yo no; pero un hombre fuerte,
un torero de mi estampa,
de mi arranque y mi trapío,
ni se sienta ni se cansa.

LA CARLOTA
¿No te cansas nunca?

EL BUTIFARRA
¡Nunca!
¡Lo probé en todas las plazas!
¡Seis toros y siempre tieso!

LA CARLOTA
¡Oh, qué placer! ¡No se cansa!

EL BUTIFARRA
Y ni pinchazos, ni medias:
¡a toro por estocada!

LA CARLOTA
¡Qué poder y qué bravura!

EL BUTIFARRA
Te contaré mis hazañas.

LA CARLOTA
¿Prácticamente?

EL BUTIFARRA
Hasta donde
pueda llegar con... la práctica.
(Muy descriptivo y muy cómico.)
Fue una tarde divertida
la de aquella gran corrida
donde comenzó mi gloria.
¡Yo no olvidaré en mi vida
la tarde aquella de Soria!
La plaza de toros, llena;
yo, con la mar de canguelo;
el sol, en lo alto del cielo;
los toreros, en la arena.
A los sones de la banda
se cambean los capotes.
Dan los piqueros sus trotes
para ponerse de tanda.
Abren los chulos el trapo,
corre el cerrojo el portero
y aparece en el chiquero
un toro alto, negro, guapo.
Tira el capote un peón
y se arranca con presteza...

LA CARLOTA
¿Y tú entonces?

EL BUTIFARRA
... De cabeza
me encontré en el callejón.
Grita el pueblo electrizado
a los piqueros: «¡Tumbones!»;
y se oyen interjecciones
en castellano cerrado.
Yo salto, fiero, a la liza;
mi mano el capote agarra
y oigo gritar: «¡Butifarra!
¡Que te va a hacer longaniza!».
Cegado por mi amor propio
traigo al toro a mis alcances
y le doy catorce lances
de aquellos que dan el opio.
El público me corea
con ¡olés! aquel trabajo,
cuando observo que el marrajo,
rendido, no se menea.
Y pa acabar con decoro
mi emocionante faena,
voy y me arrodillo en la arena
vuelto de espaldas al toro.
De pronto... un grito se escucha,
yo siento como un mareo
y por los aires me veo
dando el salto de la trucha.
Me desmayo de emoción
y luego en la enfermería
¡ay! me fijé que tenía
destrozado el pantalón.

LA CARLOTA
¿Sólo el pantalón? ¡Qué gozo!

EL BUTIFARRA
Eso al principio creyeron;
pero luego me dijeron
que era mayor el destrozo.
Tres meses convaleciente
me tuvo aquella cornada.
Pero al fin quedó curada.

LA CARLOTA
¿De veras?

EL BUTIFARRA
¡Radicalmente!
¡Fue una cornada fatal!

LA CARLOTA
¿Y por fin quedaste sano?

EL BUTIFARRA
Se ha esmerado el cirujano:
no me queda... ¡ni señal!
Mas quedará en mi memoria
grabada toda mi vida
¡¡la tarde de la corrida
de Soria!!

LA CARLOTA
¡Pues ahora yo te aseguro
que no vuelven a engancharte!
¡Con mi amor voy a curarte!

EL BUTIFARRA
¡Yo creo que no me curo!

LA CARLOTA
¿Por qué? Siéntate a mi lado.
(EL BUTIFARRA, después de pensarlo mucho, acerca la banqueta y queda sentado casi a los pies de ella.)
¿Crees que me falten a mí
encantos para que aquí
te haga olvidar lo pasado?
¿Es que me crees tan sencilla
que no te sepa agradar?
¿Piensas que te han de faltar

los mimos de tu chiquilla?
¡Deja que te mire... así!...

EL BUTIFARRA
¡Apártate de este abismo,
que te va a faltar lo mismo
que me está faltando a mí!

LA CARLOTA
Acércate más, mi amor.

EL BUTIFARRA
Hermosa niña... te adoro...
(Levantándose de pronto y dirigiéndose a las candilejas con un suspiro muy cómico.)
¡Maldita sea aquel toro!
¡Haz un milagro, Señor!

LA CARLOTA
¿Me rechazas? ¿Soy tan sosa?
Enséñame tú a querer
y verás una mujer
aplicada y hacendosa.
Tú, con el fuego, me inicias
en tu amoroso tormento
y verás en un momento
si te colmo de caricias.
Verás si mi amor resalta
cuando lo pongas por obra;
tú pones... lo que te sobra,

yo pongo... lo que me falta,
y si cometo algún yerro
me lo sabrás dispensar...
Di, ¿qué te puede faltar?

EL BUTIFARRA
Pues bien, me falta...

(Se oye un cencerro dentro.)
¡El cencerro!

LA CARLOTA
¿Cómo?

EL BUTIFARRA
Ese son plañidero
me anuncia mi obligación.
Te abandono... (Es la ocasión.)

LA CARLOTA
¿Quién te aguarda?

EL BUTIFARRA
¡El Matadero!
He prometido al alcalde
torear en la corraleta...

LA CARLOTA
Mas...

EL BUTIFARRA
Mi palabra respeta;
yo nunca prometo en balde.
Y aunque del amor la llama
tu pecho adorado encienda,

dale un soplo y que no prenda,
porque el corral me reclama.

LA CARLOTA
No me dejes, que haces mal.

EL BUTIFARRA
Mi deber...
(Se pone la americana.)

LA CARLOTA
¡También aquí
lo has de cumplir!

EL BUTIFARRA
No, ahora allí...

LA CARLOTA
¡A mis brazos!

EL BUTIFARRA
¡Al corral!

(PITÍ y MINÍ, que salen precipitadamente por la derecha.)

PITÍ
¡Butifarra! ¡Nos esperan!

MINÍ
¡Butifarra! ¡Nos aguardan!

EL BUTIFARRA
(A LA CARLOTA.)
¿Lo ves? ¡Mi deber primero!

LA CARLOTA
¡Malditas sean las astas!

EL BUTIFARRA
Ellas son, esposa mía,
las que de tu lado apartan
a tu esposo.
(Se va corriendo por la izquierda.)

MINÍ
¡Ya lo creo!
Si no es por aquello..., ¡pata!

PITÍ
¡Sí que fue certero el bicho!

MINÍ
Dio en la yema y en la clara.

(Se van los dos.)

LA CARLOTA
¡Después de un año de espera
me quedo sin Butifarra!

(Pausa, durante la cual LA CARLOTA, sentada en el sofá y con la cabeza entre las manos, solloza. Sale PEPIYO por donde se marchó EL BUTIFARRA; viene como siempre en mangas de camisa; entra temeroso.)

PEPIYO
Fue al encierro su marido
y aquí me manda que venga,

para que yo la entretenga
y por eso aquí he venido.

LA CARLOTA
(Sin mirarle.)
¡Entretenerme! ¿Con qué
tendré yo entretenimientos?

PEPIYO
Si quieres, con unos tientos,
de los muchos que yo sé.

LA CARLOTA
¡Para tientos estoy yo!
¡No es por ahí!

PEPIYO
(Haciendo ademán de marcharse.)
¿No?

LA CARLOTA
(Mirándole y deteniéndole, con el gesto.)
Ven aquí.
Mírame... Fíjate en mí.
¿Tú no me conoces?

PEPIYO
¡No!

LA CARLOTA
¿Tú no eres el chico aquel
que venía siempre ahí cerca
a bañarse en una alberca
sin más traje... que la piel?

PEPIYO
El mesmo, ¿también me viste?

LA CARLOTA
Y pensé en ti a todas horas.

PEPIYO
¿Qué tendré pa las señoras
que ninguna se resiste?

LA CARLOTA
¡Aún te recuerdo, admirando
tu gracia y tu gentileza,
sacudiendo la cabeza
mientras te estabas bañando!

PEPIYO
¡Yo me azaro! ¡Me las guillo!

LA CARLOTA
Ven, no seas vergonzoso.
¡Pero si estabas precioso
con el agua hasta el tobillo!

PEPIYO
¿Me vio?

LA CARLOTA
(Mirándole con amor.)
¡Muy bien!

PEPIYO
(Haciéndose jalea.)
¡Con su venia
me voy! (¡Me convierto en fragua!)

LA CARLOTA
¿Dónde vas?

PEPIYO
¡A echarme en agua,
que me da la neurastenia!

LA CARLOTA
¿Pero tú, nunca has amado?

PEPIYO
La neurastenia, señora.

LA CARLOTA
¿La neurastenia?

PEPIYO
¡Ay, ahora...
ahora sí que me he colado!

LA CARLOTA
Ámame y yo te amaré.


PEPIYO
¡Deje de sobarme, basta!
¡Señora, sea usté más casta,
que mi casta es de José!

(Música.)
(Levantándose y viniendo al proscenio.)
Yo soy Pepiyo,
yo soy Pepiyo,
yo soy Pepiyo...

LA CARLOTA
¿Y por tu idea nunca ha pasado
que te quisieran de corazón?

PEPIYO
¿Yo enamorarme? ¡Eso es pecado!
Voy a decirle lo que soy yo.
Yo soy un gitano
castizo y fulero
que paso la vida
vendiendo calderos.
Y nunca he pensado,
y nunca soñé,
con esas fatigas
que dan el querer.

LA CARLOTA
Tu inocencia me conmueve
y su velo quiero yo
descorrer con mis caricias.

PEPIYO
Me parece a mí que no.

LA CARLOTA
Yo sí, yo sí,
que también yo seré para ti.
Ven aquí, so guasón,
y verás que el querer es turrón.
Anda ya, so gilí,
y ven pronto cerquita de mí.
(Lo sienta a su lado.)
¡Ay, qué gusto si se paladea
en los labios de un mozo gentil,
y su luz apagada recrea
como mecha de aceite en candil!

PEPIYO
(Levantándose.)
¡Ay, por Dios, que yo ya me mareo!
¡Suelte usté, suelte usté por favor!
¡Si no encuentro una alberca, yo creo
que me voy a abrasar de calor!

LA CARLOTA
Vente, para que se unan dos corazones.
Vente, que mi cariño yo te lo doy.

PEPIYO
Vete ya, y no me vengas con más canciones,
y a mí no me convences, porque me voy.

LA CARLOTA
(Cogiéndole del faldón.)
No te vayas, por Dios.

PEPIYO
Que me vas a romper el faldón.

LA CARLOTA
Infeliz, calla ya,
que si acaso el faldón sale roto
se te compondrá.

PEPIYO
Déjeme, suélteme,
que se sale el faldón otra vez.

LA CARLOTA
¡Bonito! ¡Chiquito, ay!
¿Quién te quiere a ti?

PEPIYO
¿A mí? Mi señora madre.

LOS DOS
Déjame salir.
¿Quién te quiere a ti?

(Cesa la música.)

(Hablado.)

LA CARLOTA
¿No enciende tu corazón
de mi boca la sonrisa?

PEPIYO
Suélteme usté la camisa,
que se me sale el faldón.

LA CARLOTA
Si es que te quiero entregado
de mi amor a los antojos;
si quieren verte mis ojos
rendido y enamorado.

PEPIYO
Rendido si no me suelta
con la lucha he de quedar...
(Como yo logre escapar
cualquiera aguarda mi vuelta.)

LA CARLOTA
Ve que me muero sin ti.

PEPIYO
Suelte usté, que va a romperse.

LA CARLOTA
No. ¡Nunca!
(Forcejeando y tirando de la camisa.)

PEPIYO
Va usté a caerse,
porque yo me voy de aquí.

LA CARLOTA
¡No te irás!

PEPIYO
A toda prisa.

LA CARLOTA
¡Vente!
(Dándole un tirón y quedándose con la camisa en la mano.)

PEPIYO
¡Jesús!

LA CARLOTA
Se rasgó.

PEPIYO
Y ahora me las piro yo;
ahí se queda la camisa.

LA CARLOTA
¡Esto marcha viento en popa!

PEPIYO
De esta yo creo que emigro,
porque aquí están en peligro
mi neurastenia y mi ropa.
(Huye por la izquierda. LA CARLOTA queda anonadada con la camisa en la mano.)

LA CARLOTA
(Con ira, llamando.)
¡Mariquita! ¡Rafaela!
¡Pití! ¡Miní! ¡He de vengarme!
Venid pronto a auxiliarme,
que el ladrón no corre, vuela.

(Salen precipitadamente RAFAELA y MARÍA por la derecha, PITÍ y MINÍ por la izquierda.)

RAFAELA
(Acudiendo a sostenerla.)
¿Qué te pasa?

LA CARLOTA
(Deteniéndola y colocándose en el centro de la escena.)
¡No me toques!
(A PITÍ y MINÍ, que salen.)
¡Corred los dos, detenedle!

PITÍ
Pero, ¿a quién?

LA CARLOTA
¡Pronto, traedle!

MINÍ
¿A quién?

LA CARLOTA
¡Al mozo de estoques!
¡Entrose aquí callandito
a ultrajarme ese ladrón,
y le quité el camisón
como prueba del delito!

PITÍ
(Fijándose en la camisa que tiene LA CARLOTA en sus manos.)
¡Ésa es su camisa charra!

LA CARLOTA
Cobardes sois si él no muere.

¡Vengadme todos, lo quiere
la esposa del Butifarra!
(Queda en la actitud del matador que cita al toro. Las muchachas espantadas. Ellos inclinados. Música y cuadro.)
MUTACIÓN

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