Un caso aparte en la revista. El "fenómeno" Lina Morgan (XI)

Lina Morgan recibe una oferta de parte de los chicos, que así eran conocidos a Tomas Zori y Fernando Santos, para que se una con ellos como estrella y empresaria de la compañía. La compañía de Zori-Santos era una de las más populares y rentables del oficio además de que invertían mucho en el espectáculo, decorados deslumbrantes, trajes de lujo, en definitiva, era una compañía de renombre bien situada en el teatro español. Por lo tanto La Morgan decide unirse a la compañía con condiciones: cobraría un sueldo, se repartirían los beneficios y no las pérdidas. Debutan en el valencia en el teatro Ruzafa la noche del 22 de diciembre de 1972 con una revista original de Manuel Baz, hermano de Fernando Santos que utiliza el seudónimo Baz, autor de cabecera de la compañía, titulada: Un, dos, tres… cásate otra vez, con música del maestro Fernando García Morcillo. Treinta y ocho días de éxito en el Ruzafa que echó el cierre para siempre tras estas representaciones, la empresa les pidió que actuasen hasta las Fallas pero compromisos con el teatro Alcázar de Madrid donde iban a estrenar no se lo permitían.
La obra se estrena con enorme éxito de crítica y público que presenta una Lina Morgan al más estilo de la actriz Loreto Prado que hacía de niña incluso con sesenta años edad, y el público se lo seguía creyendo. La crítica especializada da la enhorabuena a Lina por su cambio. El autor de la obra describe a la actriz como una autentica, rutilante y extraordinaria estrella cómica dentro del género musical y posiblemente también fuera. Es de las escasísimas figuras que gozan de una fuerza y una velocidad tan arrolladora como merecida ante el público. La cataloga como un líder de la gracia y la comicidad, y una cualidad que la adorna: no es de las se van , sino de las que se quedan. Tiene cuerda para muchos años.
La crítica especializada decía que Lina Morgan esta renovada en su difícil trabajo de excepcional súpervedette actriz cómica, de artista genial y fuera de serie en el género frívolo y en más importantes manifestaciones del teatro, de la televisión y del cine. La actriz alcanza un triunfo muy personalísimo, muy legitimo, con el estreno de esta obra. Una extraordinaria vocación escénica los de esta madrileña actriz, guapa y joven, que pasa la batería, entusiasma al público y hace reír a carcajadas, con limpios y sorprendentes recursos, a todos los espectadores. De Loreto Prado acá no había surgido apenas en los coliseos de España una figura femenina de tanta comicidad y de tanta arrolladora atracción de masiva del pueblo. Lina Morgan, es por derecho propio, por bien ganados y acrece dentados méritos, una de las actrices cómicas más ilustres de la farándula nacional. Su actuación en este espectáculo atesora raudales de gracia y simpatía, inteligencia y finura y también originales matices en los múltiples gestos de su rostro interesante y picar, en la inflexiones de su voz cálida y traviesa, en el juego de sus manos vivaces y expresivas, y en la penetración de sus ojos radiantes y burlones. Una lección interpretativa magistral, ha estudiado mucho, se ha renovado al máximo, ha puesto en órbita lo mejor de su portentoso ingenio.