* Marchiña: De carácter alegre y ritmo ágil y veloz, el término hace alusión a un tipo peculiar de marcha empleada, fundamentalmente en Brasil. Tuvo una gran desarrollo a partir de los años cuarenta debido a la influencia de las jazz band norteamericanas o las películas de Carmen Miranda. Rara era la revista que, a partir de la posguerra, no incorporase a su partitura este divertido ritmo como “La marchiña”, de La Cenicienta del Palace (1940), “¡Mírame!”, de Yola (1941), “Te quiero tanto y tanto...”, de Si Fausto fuera Faustina (1942), “Tomar la vida en serio”, de Luna de miel en El Cairo (1943), “Si quieres ser feliz con las mujeres”, de ¡Cinco minutos cada menos! (1944), “Yo soy Lucinda”, de Tres días para quererte (1945), “Tú dices siempre que sí”, de Veinticuatro horas mintiendo (1947), “Tengo loco el corazón”, de ¡Esta noche no me acuesto! (1951), “¡Ay, Ross Mary!”, de Tentación (1951), “¡Pobrecita yo!”, de Dos Virginias (1955), etc.
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