¡VIVA LA REVISTA!

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sábado, 22 de diciembre de 2007

Celia Gámez, la reina de la revista (XVIII)


El 11 de enero de 1946 y teniendo como escenario el Teatro Alcázar madrileño, Celia estrena Gran Revista, de Ramos de Castro, Rienzi y Moraleda, compuesta por 16 cuadros con distinto ambiente e ilustración musical. En dicha obra, subyace soterradamente una especie de homenaje al maestro Alonso en la forma del musical americano que en esos momentos invadía las pantallas; así se nos presentan números como el pasodoble “La florista sevillana” que recuerda al de “Los nardos” de Las leandras o la zamba “Gulú, gulú, gulú” donde Celia, ataviada con un sombrero repleto de frutas, se mecía cadenciosa y sensualmente al compás de sus caderas.
La vedette parte de gira por diversas capitales españolas como Zaragoza, Valencia o Burgos. En septiembre repone Gran Revista y el 8 de noviembre estrena Vacaciones forzosas con libreto de Carlos Llopis y música de Irueste y García Morcillo. Con esta obra permaneceá en cartel hasta febrero del 47 y visitará distintos puntos de la geografía reponiendo otras de sus obras. Pero será el 17 de septiembre de 1947, el mismo año del impactante “boom” teatral de La blanca doble, cuando en el Alcázar de Madrid estrene la obra La estrella de Egipto, con libreto de Adrián Ortega y música de Moraleda, cuyo argumento se desarrolla dentro del mundo cinematográfico a caballo entre la época de los faraones y el siglo XX. En esta obra, el maestro Moraleda creó uno de los pasodobles más versionados del género y que más artistas han interpretado a lo largo de su carrera: “El beso”. Con esta obra permanecerá toda la temporada hasta volverla a estrenar en Barcelona en febrero del 48 y en septiembre, de nuevo en Madrid, la repone en el mismo escenario de su estreno original y reestrena Las leandras.Hasta noviembre de 1949 Celia sale de gira por provincias, repone sus éxitos volviendo a obtener clamorosos aplausos de público y crítica. Celia Gámez se ha convertido ya, a sus 44 años, en una auténtica leyenda en el Madrid de la posguerra convirtiendo en oro todo lo que toca. Su actividad es frenética e incansable al desaliento: en mayo viaja hasta Buenos Aires donde descansa hasta septiembre; a finales de mes regresa a Madrid y repone en el Alcázar La Cenicienta del Palace hasta que el 30 de noviembre del 49 estrena una nueva obra. Se trata de Las siete llaves, con música de Isi Fabra y permanece en cartel hasta abril de 1950. El 23 de noviembre de ese mismo año y nuevamente en el escenario del Alcázar estrena con libreto de Arturo Rigel y Francisco Ramos de Castro con música de los maestros Padilla y Ferri, la grandiosa opereta La hechicera en palacio

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