¡VIVA LA REVISTA!

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sábado, 22 de diciembre de 2007

Celia Gámez, la reina de la revista (XIV)


A finales de 1939 Celia vuelve a Madrid reponiendo el 1 de febrero de 1940 en el Eslava El baile del Savoy e incorporando al mismo una marcha brasileña que prontamente se hizo popular: “Mamáe eu quero”. A partir de entonces, Celia incorporaría a todos sus espectáculos ritmos brasileños (sambas, zambas, marchas, marchiñas...) constituyéndose todos ellos en su puesta en escena en deslumbrantes espectáculos de luz y color que prontamente eran tarareados por el público. Este auge de los ritmos tropicales se debía en gran parte a las buenas relaciones existentes entre España y Portugal y su conexión con Brasil amén de la influencia del propio país carioca y de figuras como Carmen Miranda cuyas películas hacían furor en aquel momento.
El 1 de marzo de 1940 y en el mismo escenario del Eslava, Celia estrena su primer gran éxito de la posguerra: La Cenicienta del Palace, con libreto firmado por un tal Carlos Somonte (seudónimo de Luis Escobar) y música de Fernando Moraleda. La obra constituyó un enorme revuelo, ya no sólo por los decorados y figurines que se encargaron expresamente para la ocasión a Víctor Mª Cortezo (“Vitín” como ella le llamaba cariñosamente) sino además por dos de los números más populares de la misma: un blues cadencioso y nostálgico que Celia entonaba a la perfección y que prontamente pasaría a escucharse en las radios de todo el país. Su título: “Vivir”. Además destacó la marchiña del mismo título en un alarde de alegría que hizo las delicias de todo el público.
Celia, además, es conocida en todo Madrid por la férrea disciplina a que somete a los conjuntos de boys y vicetiples. El 31 de mayo de ese mismo año Celia repone Peppina reformada y con nuevos números y en septiembre, en el Tívoli de Barcelona, La Cenicienta del Palace, La duquesa de Bel Tabarín y Peppina. Pero será hacia finales de 1940 cuando Celia emprenda una nueva aventura: la cinematográfica, aunque nuestra estrella, ya había participado unos años atrás, mientras se encontraba en Buenos Aires, en el rodaje de dos producciones fílmicas: Murió el sargento Laprida (1937) y El diablo con faldas (1938). Así, Julio Fleischner la dirige en la comedia ¡Rápteme usted! en donde una estrella del celuloide decide fingirse raptada para así acrecentar su popularidad. Posteriormente también intervendría en el semi-documental Flash 06 (1967) interpretándose a sí misma junto a Vicente Parra y Teddy Bautista. Ya en 1969 rodaría la versión cinematográfica de Las leandras bajo la batuta de Eugenio Martín contando como protagonista con una incipiente Rocío Dúrcal. También participó en la comedia musical Mi hijo no es lo que parece (1973) conocida como Acelgas con champán y mucha música dirigida por Angelino Fons y con la intervención de una de sus chicas de conjunto, Esperanza Roy. Su última aparición en la pantalla grande se produjo en 1981 en el film argentino El bromista.

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