
La figura posee unas proporciones físicas realmente cercanas a las que poseía Celia y su rostro es tan sumamente parecido que, acercársele eriza el vello. Sus ojos, esos profundos e intensos ojos negros que enamoraron a un país, esa boca delicada, sensual que entreabría con su deje entre argentino y español para darnos una lección de cómo había de cantarse verdaderamente el "Pichi" y la exótica sensualidad femenina de la que Celia hacía alarde, está rabiosa y sorprendentemente plasmada en la figura realizada por de Vicente y merecería por sí misma presidir un museo dedicado a la artista y al terreno que cultivó, esto es, la revista musical española. Ojalá algún día, los amantes de la revista, podamos ver cumplido ese sueño; o si no, que al menos Celia Gámez figurara en la nómina de calles o plazas de la capital del reino cuyos avezados políticos, pasados y presentes, parecen haber olvidado por completo aquella promesa que le hicieron a Celia en vida al prometerle el nombre de una calle, de un parque o de una pequeña placita en Embajadores. Claro que, ¿acaso no se han olvidado también, deleznablemente, de don Miguel Mihura, don Enrique Jardiel Poncela, Queta Claver, Virginia de Matos y tantos otros nombres que merecerían por sí mismos un pequeño recuerdo en la capital de España?
En definitiva, sirvan estas líneas como agradecimiento a don Fernando de Vicente, un artista contemporáneo que sigue luchando en un vano intento de que la revista musical sea encumbrada al lugar que se merece dentro del vasto olimpo de nuestras plateas. Gracias, don Fernando; el recuerdo de Celia Gámez, sigue vivo...
Para todos aquellos que deseen contactar con el autor pueden visitar sus blogs en el enlace de esta página o escribirle a la dirección fdvicente@hotmail.com
En la segunda parte de este artículo podrán disfrutar en su totalidad de diversas fotos acerca de la figura de Celia Gámez realizada por don Fernando de Vicente.
¡Viva la revista!
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