En 1940, al enterarse de que estaba actuando en
Salamanca la “Compañía Infantil
Liliput” que dirigía Don Luis
Pérez de León, de la que había oído
hablar mucho y bien, decide pedir a
Germán Herrero que le ayude para que Don Luís le haga una prueba. Hace la
prueba y, finalmente, es aceptado en la Compañía. Es así como a los 17 años, el 13 de Marzo de
1940 Fernando deja su Salamanca natal hacia Zaragoza para iniciarse en el mudo
del espectáculo con dicha compañía.. Don
Eusebio esperaba en cualquier momento el regreso de su hijo decepcionado, pero
nada más lejos de la realidad.
Poco le importaron las penalidades que tuvo que
sufrir: pasando hambre, actuando en
pueblos y villorrios, viajando de un sitio a otro en carro y en trenes de
mercancías e incluso, como se dice por Salamanca, en el coche de San Fernando,
unas veces a pie y otras andando. Percibía quince
pesetas diarias junto a otros principiantes, posteriormente muy conocidos
también dentro del género revisteril como Juanito Navarro, Rubén García,
Paquito Cano (el entrañable y querido Locomotoro) o Pedro Peña. Estaba
haciendo lo que de verdad le gustaba cada vez más, y nunca perdió la fe en que llegaría a
hacerse un hueco en esa difícil profesión. Siempre guardó de Don Luís los
mejores recuerdos, pues, además, de lo humanamente bien que se portó, a él le
debía una vida profesional como actor.
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