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miércoles, 10 de julio de 2013

La verdadera historia del chotis más inmortal: "PICHI" del papel a la escena

Muy pocos personajes han conseguido la celebridad, la fama y la perpetuidad que nuestro "castigador" favorito, aquél que le sacaba el dinero a las chicas, que iba del Portillo a la Arganzuela y se lo gastaba en sus vicios para quedar después como un señor. Vamos, el terror de las feministas, qué duda cabe; pero, lo que muy poca gente conoce es de dónde salió tan popular personaje.
 
 
PICHI fue un semanario infantil ilustrado que vio por vez primera la luz el domingo 5 de octubre de 1930. Solía ser impreso en la Lit. J. Fortuny de Madrid y comprendía una serie de cuadernos plegados con seis páginas, de las cuales una hoja central era impresa en blanco y negro, mientras que las cuatro páginas restantes iban en color por el exterior y a una tinta de color (verde, generalmente) por el interior.
 
PICHI consistía, básicamente, en una revista de historietas con series autóctonas y otras traducidas de la prensa estadounidense de autores capitales como Rudolph Dirks, Sidney Smith, Pat Sullivan, Jimmy Swinnerton y otros (con los títulos cambiados por: Hazañas del gato Félix, Tirillas y el perro Rufo, Don Seguro detective, Las desdichas de Robus, El señor Belorcio y otros). Hubo también tiras e historias de producción nacional, como la de portada: Aventuras de Pichi, que solía ser un chaval jovencito, con gorra y camisa azules con mono de tirantes negro, si bien la vestimenta poseería variaciones al aparecer le personaje con la gorra y los zapatos en rojo. Precisamente y, a raíz de esta vestimenta, ese mono sería conocido desde entonces como "pichi".
 
 

La colección se compuso en su totalidad de 194 números ordinarios que solían aparecer cada domingo, además de un extraordinario de 12 páginas integrado en la numeración, concretamente el número 14 del 4-I-1931. Su precio era de 0,20 ptas. y su formato observó variaciones : 49,5x35, 40x28 y 35x25 cm aproximadamente.
 
 
Sería precisamente en ese año de 1931 cuando PICHI ascendiera al olimpo de la inmortalidad gracias a la prodigiosa y fecunda pluma del maestro Alonso y la letra de Muñoz Román y Emilio González del Castillo al ser incorporado a LAS LEANDRAS... La leyenda, no había hecho sino nacer...

 

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