Me acaba de llegar la noticia de que otra de nuestras más queridas y personales actrices acaba de fallecer.
Lina Canalejas, nombre artístico de Concepción Álvarez Canalejas, nacida en el seno de
una familia de artistas el 29 de enero de 1932, estudió ballet clásico para ingresar más tarde en una
compañía folclórica con la que realiza varias giras por España. Se especializa
entonces en el género de la revista donde interpreta, entre otras, Los
cuatro besos (1952), ¡Ay, qué ladronas! (1955), Carambola
(1956), Las cosas de... la viuda (1964), Un aprendiz de marido
(1964), El chulo (1968) o Guitarrazos (1973).
También no menos importantes son sus intervenciones sobre los escenarios de la mano de Ismael Merlo en la obra La vida en un bloc.
El resto de su trayectoria teatral combina tanto nuevos espectáculos musicales como comedias (Prohibido suicidarse en primavera, Una tal Dulcinea, Mayores con reparos, Irma, la dulce) o dramas, como La casa de las chivas (1970).
En cine ha desarrollado una notable, aunque no excesivamente prolífica, carrera, que le ha llevado a trabajar a las órdenes de Carlos Saura, José María Forqué, Fernando Fernán Gómez o Pedro Almodóvar.
En televisión participaría en las series El pícaro (1974), Cuentos imposibles (1984), Teresa de Jesús (1985) y Clase media (1987).
Descanse en paz la GRAN Lina Canalejas.
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