Esta impresionante rubia sevillana fue descubierta por el maestro Guerrero para interpretar un charlestón de la revista de Paradas y Jiménez, El sobre verde, en 1927. Posteriormente, José Campúa la contrató como vedette coreográfica para el Romea obteniendo en él múltiples éxitos. Inmejorable intérprete de típicos y variados bailes andaluces, poseía una arrolladora e inconfundible personalidad que la llevó a casarse con un afamado novillero de la época. Interpretó revistas como La niña de La Mancha (1931) o ¡Hip! ¡Hip! ¡Hurra! (1935) entre otras.
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