¡VIVA LA REVISTA!

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jueves, 20 de diciembre de 2007

Celia Gámez, la reina de la revista (XI)


Pero 1935 estaba tocando a su fin y Celia estrena en el mes de diciembre el “reportaje de gran espectáculo” original de Leandro Blanco y Alfonso Lapena con música de Luna, Las siete en punto, también en el Coliseum y nuevamente con Carlos Casaravilla y Cora Gámez en el reparto. La comedia estaba estructurada en dos partes divididas a su vez en un prólogo, veintidós capítulos, dos intermedios y apoteosis, contando con la realización de Manolo Tito, una orquesta de 30 profesores drigidos por el maestro Enrique Estela y un conjunto de 40 vicetiples y 12 boys bailarines entre los que se encontraba un jovencísimo Tony Leblanc, quien ya dejaba entrever un prometedor futuro en el campo revisteril[1].
Corren malos tiempos para el mundo. En Madrid, las tensiones políticas son cada vez mayores y todo empieza a apuntar a una inmiente Guerra Civil.
1936 acogerá la reposición de Las siete en punto y, porteriormente y en el mismo escenario del Coliseum, la opereta con música de Casas y Estela, Ki-ki, que pasa prácticamente desapercibida, aunque los admiradores de Celia la siguen obsequiando con atronadores aplausos. Pero el alzamiento militar se produce el 18 de julio. Celia, que tenía amigos en los dos bandos, decide abandonar el país y regresar a su Buenos Aires natal donde estrena varios espectáculos que prontamente alcanzarían arrollador éxito: Bienvenida Celia Gámez o Cocorocorococó.


[1] Tony cuenta en sus memorias que se presentó a Celia Gámez cuando ésta buscaba bailarines para el estreno de Las siete en punto. Acababa de terminar el servicio militar y se presentó ante ella buscando trabajo. Tras preguntarle qué sabía hacer, él le contestó que había sido campeón nacional de claqué, un bello pero difícil arte. Celia se quedó tan sumamente impresionada de lo bien que lo hacía, que Tony estuvo entre sus filas en tres estrenos más: El baile del Savoy, Peppina y La Cenicienta del Palace. Vid. Ésta es mi vida, Madrid, Temas de Hoy, 1999, págs. 47-52.

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