Será en este año de 1927 donde un título destacará con fuerza propia dentro del género: Las castigadoras, “historia picaresca en siete cuadros” con música del maestro Francisco Alonso y libreto de Francisco Lozano y Joaquín Mariño. En ella, sus autores presentan a la que, con el transcurrir de los años, se convertirá en reina del género: Celia Gámez quien, a ritmo de fox, pasodobles y chotis consigue alcanzarse con un merecido triunfo gracias a esta singular obra donde nos presenta las vicisitudes que acarrean a Robustiana, esposa de Casiano “el Pachón” y sus constantes flirteos amorosos con el que aparenta ser nuevo juez del pueblo de Villafogosa, el simpático catalán Magín Moncheta.
Varios fueron los números musicales que, por sí mismos, destacaron en este espectáculo: el fox “Noches de cabaret”, el charles del pingüino y, sobre todo y, muy especialmente, el que llegó a convertirse en himno de reivindicación femenina para la mujer trabajadora, el célebre chotis de “las taquimecas”:
Con la falda muy cortita, muy cortita,
ajustadita, luciendo el talle
y el pelito muy cortito, muy cortito,
yo, muy airosa, voy por la calle.
Los zapatos muy chiquitos, muy chiquitos;
las medias finas a lo Rebeca,
las muchachas taquimecas, mecas, mecas,
son la admiración
de los chicos cañón.
Los autores del libreto habían sabido dar con una nueva e infalible fórmula para el género: unos diálogos repletos de situaciones hilarantes no exentos de picardía y mucho más cercanos a la comedia que a la simple hilvanación de chistes verdes y, junto a ello, la incorporación de ritmos que comenzaban a ponerse de moda: charles, blues, foxtrot, jazz, black-bottom... junto a los ya clásicos del chotis, pasodoble y cuplés y teniendo como vía de comunicación a la mujer.
Es ahora cuando comienzan a triunfar vedettes como Tina de Jarque, Margarita Carvajal, Isabelita Nájera, Perlita Greco, Amparito Taberner, Amparo Sara, Olvido Rodríguez, Conchita Rey, Conchita Leonardo, las hermanas Pyl y Myl... entre otras muchas.
La revista se adueña, pues, de muchos escenarios nacionales: Reina Victoria, Romea, Eslava, Fuencarral, Pavón, Maravillas... y, mientras en Madrid goza de gran fervor la revista de corte más popular, con ligero argumento, picante, divertida, castiza, atrevida, sin gran espectacularidad, en Barcelona ésta posee otro estilo más internacional: sin argumentos y con más números cómicos dando paso a espectaculares números musicales. Es la época del peinado a lo garçón, del acortamiento de las faldas, del voto de la mujer, del divorcio... y todos ellos son temas que tratará la revista constituyendo, sin lugar a dudas, un histórico documento del acontecer de toda una época: Las cariñosas (1928) y su célebre chotis de “La Lola”, Los faroles (1928), Las lloronas (1928), La orgía dorada (1928) y su magistral pasodoble del “Soldadito español” aún vigente en cientos de bandas y desfiles militares, La martingala (1929), La Melitona (1929), Las campanas de la gloria (1929), Los guayabitos (1929), El ceñidor de Diana (1929), Las guapas (1930), Las pantorrillas (1930), Me acuesto a la ocho (1930), El gallo (1930), El país de los tontos (1930)...
Varios fueron los números musicales que, por sí mismos, destacaron en este espectáculo: el fox “Noches de cabaret”, el charles del pingüino y, sobre todo y, muy especialmente, el que llegó a convertirse en himno de reivindicación femenina para la mujer trabajadora, el célebre chotis de “las taquimecas”:
Con la falda muy cortita, muy cortita,
ajustadita, luciendo el talle
y el pelito muy cortito, muy cortito,
yo, muy airosa, voy por la calle.
Los zapatos muy chiquitos, muy chiquitos;
las medias finas a lo Rebeca,
las muchachas taquimecas, mecas, mecas,
son la admiración
de los chicos cañón.
Los autores del libreto habían sabido dar con una nueva e infalible fórmula para el género: unos diálogos repletos de situaciones hilarantes no exentos de picardía y mucho más cercanos a la comedia que a la simple hilvanación de chistes verdes y, junto a ello, la incorporación de ritmos que comenzaban a ponerse de moda: charles, blues, foxtrot, jazz, black-bottom... junto a los ya clásicos del chotis, pasodoble y cuplés y teniendo como vía de comunicación a la mujer.
Es ahora cuando comienzan a triunfar vedettes como Tina de Jarque, Margarita Carvajal, Isabelita Nájera, Perlita Greco, Amparito Taberner, Amparo Sara, Olvido Rodríguez, Conchita Rey, Conchita Leonardo, las hermanas Pyl y Myl... entre otras muchas.
La revista se adueña, pues, de muchos escenarios nacionales: Reina Victoria, Romea, Eslava, Fuencarral, Pavón, Maravillas... y, mientras en Madrid goza de gran fervor la revista de corte más popular, con ligero argumento, picante, divertida, castiza, atrevida, sin gran espectacularidad, en Barcelona ésta posee otro estilo más internacional: sin argumentos y con más números cómicos dando paso a espectaculares números musicales. Es la época del peinado a lo garçón, del acortamiento de las faldas, del voto de la mujer, del divorcio... y todos ellos son temas que tratará la revista constituyendo, sin lugar a dudas, un histórico documento del acontecer de toda una época: Las cariñosas (1928) y su célebre chotis de “La Lola”, Los faroles (1928), Las lloronas (1928), La orgía dorada (1928) y su magistral pasodoble del “Soldadito español” aún vigente en cientos de bandas y desfiles militares, La martingala (1929), La Melitona (1929), Las campanas de la gloria (1929), Los guayabitos (1929), El ceñidor de Diana (1929), Las guapas (1930), Las pantorrillas (1930), Me acuesto a la ocho (1930), El gallo (1930), El país de los tontos (1930)...
La llegada del cine sonoro en 1927 con The jazz singer va a tener un papel decisivo en la revista puesto que, gracias a los primeros musicales, nos acercaremos al mágico mundo de Broadway, Busby Berkley y The Ziegfeld Follies intentando incorporar al género los ritmos que triunfaban en París y Nueva York. Trabajan en el género músicos como Alonso, Guerrero, Montorio, Rosillo, Martínez Mollá, Padilla, Luna... y así hasta llegar al año 1931, año decisivo para el país al proclamarse la IIª República española.
No hay comentarios:
Publicar un comentario