Y yo me iré.
Y se quedarán los pájaros cantando;
y se quedará mi huerto,
con su verde árbol,
y con su pozo blanco.
Todas la tardes,
el cielo será azul y plácido;
y tocarán,
como esta tarde están tocando,
las campanas del campanario.
Se morirán aquellos que me amaron;
y el pueblo se hará nuevo cada año;
y en el rincón aquel de mi huerto florido y encalado
mi espíritu errará, nostálgico.
Y yo me iré;
y estaré solo, sin hogar,
sin árbol verde,
sin pozo blanco,
sin cielo azul y plácido.
Y se quedarán los pájaros cantando...
(Juan Ramón Jiménez).
FRANCISCO VALLADARES BARRAGÁN (D.E.P.; Sevilla, 1936-Madrid, 2012).
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